Top: los 6 virus y bacterias más letales de la historia

Un saludo, mis queridos seguidores. Si vemos las 10 mayores causas de muerte en la actualidad nos toparemos con que las únicas enfermedades infecciosas son el VIH, la tuberculosis y el SARS-CoV 2. En la actualidad las enfermedades no transmisibles como el cancer, la diabetes, o la desnutrición son las que dejan más fatalidades, pero a lo largo de la historia han habido épocas donde las infecciones se han tomado millones de vidas e incluso han estado cerca de poner en jaque a la humanidad, En esta ocasión veremos las 6 enfermedades infecciosas que más vidas se han cobrado a lo largo de la historia:

6. La gripe

La enfermedad que comúnmente conocemos como gripe o gripa es causada por el Influenzavirus A y el Influenzavirus B, y en menor medida, el Influenzavirus C, tres virus de la familia Orthomyxoviridae. Puede parecer difícil de imaginar ya que se podría asegurar casi sin ninguna duda que todas las personas que han pisado esta tierra se han contagiado de esta enfermedad alguna vez. Sin embargo la peligrosidad de los virus infecciosos es su gran capacidad mutagénica, los virus de la influenza han desarrollado a lo largo de la historia millones de cepas, algunas de las cuales han llevado a una mortandad sin precedentes, y que aún hoy se llevan muchas vidas.

Los influenzavirus se manifiestan principalmente en el sistema respiratorio del afectado, mostrando síntomas como Tos, congestión nasal y expectoración, pero también ocasiona normalmente cefaleas, dolor articular, dificultades del sueño y fiebre. Por estos síntomas se confunde erróneamente con el resfriado, sin embargo este es causado por el Rinovirus normalmente. 

En casos más graves la gripe puede ocasionar daños en el cerebro, corazón y músculos, y debilitar el sistema inmune llegando a una neumonía que puede ser vírica, por parte de bacterias que se encuentran normalmente en el tracto respiratorio y se vuelven dañinas por el deficiente sistema inmune, o mixta. Esto es poco común y se suele curar en una o dos semanas sin secuelas.

Influenzavirus A, subtipo H1N1.

La gripe en general suele matar a pacientes inmunodeprimidos, es decir, gente desnutrida, ancianos o pacientes con SIDA, causando una media de 290.000 a 650.000 muertes por año, pero sus cepas más peligrosas han causado varias de las pandemias más mortiferas a las que se ha enfrentado la humanidad. La más conocida de estas, que sería imposible no mencionar es la pandemia de la gripe española de 1918, causada por el Influenzavirus A, subtipo H1N1. Su nombre se debe a que el gobierno de España fue el único país europeo que no ocultó sus cifras dando la ilusión de que era el mayor afectado, pero la pandemia según estudios recientes se pudo haber originado en patos chinos, que la contagiaron a trabajadores chinos, quienes a su vez emigraron a norteamérica transmitiéndola a soldados estadounidenses a través de los cuales llegó a Francia y se extendió por toda Europa, la cual ya estaba en plena primera guerra mundial, creando una tormenta perfecta para la rápida extensión del virus, dejando entre 50 y 100 millones de fallecidos.

Aunque el caso de hace un siglo es el más conocido han habido muchos más brotes pandémicos de gripe, algunos más recientes fueron la influenza asiática de 1957-1958 ocasionada por el Influenzavirus A, subtipo H1N2, que se originó en china y mató aproximadamente 1.1 millones de personas, o la Influenza de Hong Kong de 1968-1969 ocasionada por el Influenzavirus A, subtipo H3N2, que dejó un estimado de 1 millón de muertos.

Muertes estimadas: 100-150 millones

5. La Peste 

La enfermedad que normalmente conocemos como peste esta ocasionada en este caso por una bacteria, Yersinia pestis perteneciente a la familia Yersiniaceae, haciendo de esta la segunda infección bacteriana más grave conocida. Se suele contraer a través de pulgas de roedores que han sido infectadas, y afortunadamente es poco común en la actualidad. Este es quizás el microorganismo más tristemente celebre de la historia.

        

Esta infección se puede manifestar en 3 maneras diferentes, la primera es la peste bubónica, que es aquella en la que predomina la aparición de bubones, es decir la inflamación de alto grado de los nodulos linfáticos que llegan incluso a abrirse completamente al exterior y expulsar pus, sobre todo alrededor de los ojos y los órganos sexuales. Otros síntomas incluyen fiebre y dolor de cabeza y vómitos, aunque los primeros días aparenta ser una simple gripe. 

Este tipo de peste es endémica de Mongolia, donde se cree que se originó y desde donde fue llevada hacia Europa, probablemente por nómadas musulmanes.

Necrosis producida por peste bubónica.

La segunda forma en que se manifiesta la peste es la peste neumónica. Esta forma suele transmitirse entre personas cuando expelen la bacteria por las vías aéreas, que al ser inhaladas por otro individuo infectan en primero lugar y mayoritariamente los pulmones. Esta se manifiesta rápidamente con dolores de cabeza, fiebre, mareos, debilidad y evoluciona a una neumonía potencialmente letal en aproximadamente 10 días. De no ser tratada es extremadamente grave, sin embargo con los avances médicos actuales si es tratada con antibióticos no representa mayores complicaciones.

La tercera forma, la más grave y la más rara de todas es la peste septicémica, puede darse cuando un caso no tratado de las pestes anteriores no se trata y la bacteria termina llegando al torrente sanguíneo, o darse por si misma. Esta peste es una infección grave de la sangre que como su nombre indica lleva a sepsis, que es una respuesta extremadamente agresiva del cuerpo a una infección que puede terminar llevando a la muerte por shock séptico. Esta clase de peste tiene síntomas como dolor abdominal, problemas de coagulación, nauseas, o diarrea, sin embargo lo más grave de la peste septicémica es que puede llegar a matar al paciente antes de mostrar síntomas graves.

La bacteria causante de la peste cultivada en sangre.

La peste actualmente mata un aproximado de 3000 personas al año en todo el mundo, aunque sobre todo en países pobres y/o con limitado acceso a la medicina, pues los medicamentos modernos suelen ser capaces de tratarla de forma eficaz. Sin embargo a lo largo de la historia la peste ha ocasionado varias pandemias que se han cobrado cientos de millones de vidas. La más conocida de todas es sin duda la denominada peste negra, que tuvo lugar principalmente en la Eurasia del siglo XIV, teniendo su punto álgido a mediados del mismo. Se cree que se originó en Mongolia de donde fue llevada a Europa, y allí tuvo comienzo en la ciudad de Mesina, en el extremo sur de Italia. Esta se extendió rápidamente por el viejo continente donde llegó a tener una mortalidad del 80% y a matar entre el 30% y el 60% de la población europea de la época.

La peste resurgió varias veces hasta 1490 dejando un aproximado de 200 millones de personas en Europa, y causando perdidas económicas y bajas en la producción históricas, además de las perdidas en vidas humanas. 

Vestimenta típica de un médico especializado en tratar la peste.

Cabe mencionar que hay quienes creen que la peste negra fue ocasionada por un organismo diferente a la Y. pestis como por ejemplo el antrax, argumentando que la peste necesita climas subtropicales o tropicales y por lo tanto no habría podido sobrevivir al invierno europeo aún más en la pequeña edad de hielo que padecía el subcontinente en la época, o que el ritmo de expansión de la pandemia fue muy superior a la que podría exhibir la peste. Sin embargo esto es aún tema de debate y no se puede negar rotundamente de momento que la pandemia haya sido una peste.

Además de la peste negra, esta bacteria ha causado otras pandemias como pueden ser la peste de Milan entre 1629 y 1631 que dejó cerca de 300.000 muertos en Italia, o las pestes de Sevilla y Tenerife, en España y la gran peste de Viena, que dejaron un aproximado de 150.000 muertos.

Actualmente existe cierto temor ante rebrotes de peste bubónica transmitida por marmotas en China y Mongolia, que han llegado a forzar al gobierno mongol a cerrar un distrito entero. 

Muertes estimadas: 240 millones

4. Viruela

La viruela es una enfermedad vírica ocasionada por Variola virus, un virus de ADN de la familia Poxviridae. Es un virus extremadamente antiguo pues se conocen casos del siglo III A.C e incluso hay momias de pacientes de viruela conservadas naturalmente en el permafrost siberiano. Su origen se desconoce pero se ha expandido por todo el viejo mundo a través de brotes esporádicos, sin llegar a pandemias. América al estar desconectada de la civilización occidental no tenía la enfermedad y fue introducida con la llegada de los colonos españoles y europeos en general.

Esta es una enfermedad con una tasa de mortalidad sorprendentemente alta, que puede llegar al 50% de los casos. Cabe decir que la viruela se manifiesta en dos síndromes diferentes, la mortal viruela major que representa la gran mayoría de los casos, y tiene la mortalidad más alta, dividiéndose en normal, modificada, lisa y hemorrágica, siendo estas dos últimas casi siempre mortales; y la viruela minor que tiene síntomas similares pero con una gravedad mucho menor, teniendo aproximadamente un 1% de mortalidad.

La viruela es inicialmente asintomática, tras un periodo de incubación sus síntomas son similares a la gripe común y posteriormente fiebre y vómitos, los síntomas más característicos y brutales de la viruela se manifiestan aproximadamente a los 8 días, y son las erupciones purulentas que rápidamente cubren la piel del afectado, haciendo que a través de las sustancias purulentas que exudan se pueda transmitir la enfermedad, haciéndola altamente contagiosa. Las erupciones dejan cicatrices graves y a la larga causan deformidad, además de problemas funcionales como ceguera por llagas en los ojos. 

La muerte por viruela major suele venir cerca de la segunda semana en la mayoría de los casos, aunque puede presentarse antes en bebés y pacientes inmunodeprimidos. Aun cuando la persona sea capaz de recuperarse de esto, las pústulas son tan agresivas que terminan causando problemas graves como perdida de tejido ocular, cartilaginoso o bucal, que puede llevar también a la perdida del sentido del gusto.

Para fortuna de la especie humana, la viruela es la única enfermedad que se ha erradicado de manera total mediante campañas de vacunación masivas, propuestas por la Unión Soviética a la Asamblea Mundial de la Salud, en el año 1958, gracias a los esfuerzos de las naciones en 1975 se dio el último caso de viruela major, que fue contraída por Rahima Banu en Bangladesh, y en 1977 se dio el último caso de viruela minor, contraida por el ciudadano somalí Ali Maow Maalin.

Lo que quizás no sea tan afortunado es que después de que se erradicara de forma natural se conservaron muestras custodiadas por Reino Unido, Estados Unidos y Rusia. El gobierno británico decidió destruir la suya pero aun quedan las otras dos, encontrándose en Atlanta y Moscú respectivamente. Los temores de que no se hayan destruido todas las muestras como fue pactado están fundamentados en que ya se ha perdido la inmunidad a la viruela, y proporcionar masivamente su vacuna por segunda vez sería extremadamente tardado, y no se podrían evitar millones de muertes. Quienes defienden a su conservación argumentan que es posible que hayan más muestras custodiadas por otros gobiernos o agrupaciones, y que aunque se descubrió una vacuna, esta fue conseguida de manera empírica y nunca se pudo entender del todo al organismo por lo cual es necesario su análisis a profundidad.

Lo cierto es que la amenaza de viruela sigue vigente. Por el lado ruso, en la época soviética se realizaron numerosos experimentos en laboratorios situados en las otrora islas del mar de Aral que mantenían aislados los patógenos, pero que ahora estando seco el mar de Aral, y estando abandonados los laboratorios por la caída de la URSS cabe la posibilidad de que muestras de viruela se liberen al ambiente, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Kazajistán por evitarlo.

Por el lado americano, se sabe que han realizado numerosos experimentos a partir de su muestra y actualmente cuentan con un arma biológica hecha con una viruela modificada que podría extinguir a la especie entera. Esta no sería el primer uso de la Variola como arma biológica dado que los colonos británicos daban mantas infectadas con viruela a los indígenas de norteamérica con el fin de mermar su población.

Muertes estimadas: 500 millones

2. Tuberculosis

La tuberculosis, antiguamente conocida como tisis es una enfermedad principalmente respiratoria ocasionada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (aunque otras especies de Mycobacterium pueden causar tuberculosis en inmunodeprimidos),y como he dicho nada más empezar este artículo, es la única enfermedad de la lista que a día de hoy sigue siendo una de las 10 mayores causas de muerte a nivel mundial, y por si esto fuera poco, se teoriza que el 33% de los seres humanos son portadores de la forma inactiva de la enfermedad.

La enfermedad lleva atormentando al hombre aproximadamente desde hace 35.000 a 15.000 años, y estudios recientes llevados a cabo por un equipo hispanobritánico han revelado que su origen se encuentra en el este de África, lugar donde es endémica y llega a ser portada por incluso el 80% de la población, situación que también se da en Asia, en los países subdesarrollados.

La tuberculosis se puede manifestar de manera pulmonar, siendo la más común, donde genera síntomas como tos severa y sanguinolenta, perdida de peso, debilidad, fiebre o sudores nocturnos y terminar en neumonía tuberculosa que es potencialmente fatal y la etapa más contagiosa de la enfermedad, lo que lleva a que normalmente se ponga en cuarentena a pacientes con este padecimiento. Empero, la tuberculosis se puede dar también de forma extrapulmonar, dando lugar a una caterva de síntomas de los cuales solo describiré unos pocos:

• Meningitis tuberculosa: La bacteria coloniza las meninges a través del torrente sanguíneo causando síntomas como fiebre, nuca rígida, y dolor de cabeza, su avance es lento pero si no es tratada a tiempo puede llevar a la muerte, o dejar discapacidad mental permanente como secuela.
• Tuberculosis ocular: Puede llegar a darse el en 1% de los casos y tener dos origenes, una reacción inmunológica del cuerpo a la infección en otra parte del cuerpo, una infección activa directamente en el ojo. Sus síntomas pueden ser inflamación de la uvea, la retina y el coroides. Es de difícil detección y en casos graves puede ocasionar ceguera permanente.
• Tuberculosis genitourinaria: La tuberculosis llega a otros órganos mediante el torrente sanguíneo y se aloja en el sistema urinario y reproductor. Puede llevar a consecuencias graves como esterilidad tanto en hombres como mujeres y perdida casi siempre parcial de la función renal. 

La tuberculosis es extremadamente infecciosa dado que se necesita muy poca carga infecciosa, esto al punto de que inhalar un solo individuo de la mycobacteria puede ocasionar la enfermedad. Los enfermo en fase activa transmiten la enfermedad a través de microparticulas de moco o salva, pero en su etapa latente no puede ser transmitida.

La tuberculosis es una enfermedad que ha acompañado a la humanidad desde siempre. Todas las civilizaciones de todos los tiempos la han padecido, e incluso antes de eso, ya que se tienen rastros de huesos infectados provenientes de los inicios del neolítico. Hasta hace muy poco tiempo esta enfermedad representaba una muerte segura y era llamada también consunción, debido al aspecto frágil y debilitado de quienes la padecían. A diferencia de otras enfermedades como la viruela, la peste blanca existe desde siempre en todos los continentes. En el pasado la falta de higiene y la falta de comprensión total sobre su mecanismo de transmisión hacían que se divulgara de manera rápida por el mundo entero.

Bazo con tuberculosis miliar.

La tuberculosis es una enfermedad que ha acompañado a la humanidad desde siempre. Todas las civilizaciones de todos los tiempos la han padecido, e incluso antes de eso, ya que se tienen rastros de huesos infectados provenientes de los inicios del neolítico. Hasta hace muy poco tiempo esta enfermedad representaba una muerte segura y era llamada también consunción, debido al aspecto frágil y debilitado de quienes la padecían. A diferencia de otras enfermedades como la viruela, la peste blanca existe desde siempre en todos los continentes. En el pasado la falta de higiene y la falta de comprensión total sobre su mecanismo de transmisión hacían que se divulgara de manera rápida por el mundo entero.

A día de hoy esta enfermedad tiene tratamientos antibióticos diversos y vacunas, lo que ha frenado su avance en varias regiones del mundo, pero a pesar de ello sigue siendo y por mucho la enfermedad infecciosa más letal del mundo. Si de por si esta bacteria no fuera grave por si misma recientemente han surgido cepas resistentes a uno o varios antibióticos usados para su tratamiento haciéndola más difícil de tratar, y más letal. Afortunadamente no existe aun cepa resistente a todos los antibióticos conocidos.

Muertes estimadas: 1000 millones

1. Malaria

La enfermedad con mayor mortalidad de todos los tiempos no es causada por una bacteria, un virus o un hongo, sino por un organismo del reino protista. La malaria es causada por varias especies de protistas apicomplejos del género Plasmodium. El 99% de los casos de malaria, y a la vez el tipo más grave de malaria es ocasionada por la especie Plasmodium falciparum. Pero también puede ser ocasionada por P. vivax, P. malariae, P. ovale y P. knowlesi, que ocasionan formas menos graves de malaria. Esta enfermedad a diferencia de las demás no es de distribución mundial sino que esta restringida a las zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo.

La malaria o paludismo es una enfermedad transmitida exclusivamente por mosquitos del género Anopheles, y no se puede transmitir de persona a persona, pero si por transfusiones sanguíneas. Los síntomas de la enfermedad varían en su gravedad de acuerdo a la especie de parásito contraído y al sistema inmune del afectado. Suelen aparecer en los 10 a 15 días posteriores a la picadura y suelen consistir en fiebre, dolor de cabeza y escalofríos. Posteriormente pueden evolucionar con diarrea, vómitos, anemia grave, problemas respiratorios. En ciertas especies la muerte puede llegar en un solo día.

Plasmodium falciparum en sangre humana.

Al igual que en muchos otros parásitos protistas, el causante del paludismo tiene un ciclo de vida extremadamente complejo en relación a otros agentes infecciosos. El ciclo comienza cuando una hembra de Anopheles pica a un ser humano, con el objetivo de nutrirse de su sangre para su desove, transmitiendo desde sus glándulas salivares los protistas en estado de esporozoíto, donde al entrar al torrente sanguíneo migran rápidamente al hígado y se multiplican generando múltiples trofozoítos, en esta forma es que las células infecciosas entran a los glóbulos rojos y se alimentan de las proteínas contenidas en estos, dando finalmente lugar a merozoítos los cuales muchas veces al ser más grandes que el propio glóbulo rojo terminan destruyéndolo y emergiendo al plasma, cuando una hembra sana de mosquito pica a un humano infectado con malaria succionara a los parásitos junto a la sangre, reiniciando el proceso.

La mayoría de los síntomas causados por la malaria son a raíz de la destrucción masiva de glóbulos rojos que causa debilidad, anemía y concentraciones excesivas de hemoglobina en plasma, y la liberación de merozoítos al plasma, lo cual lleva a fiebres extremadamente intensas. Sin embargo otros síntomas pueden ser causados por daño al hígado sobre todo en las etapas más tempranas de la infección, como ictericia y hepatopatía. La malaria, sobre todo causada por P. falciparum puede complicarse dando lugar a síntomas extremadamente graves como fallo renal, hiperparasitemia, anemia grave, malaria cerebral o trombocitopenia.

Ciclo de vida de Plasmodium.

El caso de la malaria es especial, de la lista es quizás la enfermedad más antigua, y lleva al menos 100.000 años acompañándonos, conociéndose desde siempre. Probablemente haya evolucionado a partir de otras especies de Plasmodium que se daban en chimpancés y gorilas. El espécimen de Plasmodium más antiguo se encontró en un mosquito conservando en ámbar con 30 millones de años de edad. Es por esto mismo que varias fuentes fiables como la revista Nature afirman que la malaria mató a la mitad de todos los seres humanos que han pasado por este mundo, unos 50000 millones de almas. Por su virulencia, desde tiempos inmemoriales se han buscado curas desde siempre, y varias culturas han conseguido medicinas naturales con cierta efectividad, de las que actualmente se extraen compuestos activos para tratamientos. Son compuestos como la Quinina extraída de plantas del género Chinchona. 

Además de estos paliativos o antibióticos encontrados por culturas antiguas, también es normal que en individuos adultos de zonas tropicales donde hay gran exposición al virus se desarrolle una inmunidad parcial, que reduce los síntomas causados por el virus. Es por esto que el 75% de las estimadas 2 millones de muertes consisten en niños africanos del África subsahariana, ya que no tienen un sistema inmune suficientemente madurado para resistir las infecciones en un área tan virulenta.

Artemisia annua, de donde se extrae el antipalúdico artemisina

Actualmente aunque no existe una vacuna como tal, si que hay variados medicamentos antipalúdicos con los cuales se puede tratar exitosamente esta enfermedad. Sin embargo y para preocupación de la comunidad médica internacional tanto el parásito en si como el mosquito que lo porta se están haciendo cada vez más inmunes a los antibióticos e insecticidas, respectivamente, lo cual hace imposible usar los medicamentos de mayor efectividad y hace menester recurrir a otros secundarios. 

El uso de la malaria como arma biológica es limitado, y nunca ha sido usado al menos que se sepa hasta la fecha, sin embargo los científicos de la Alemania nacionalsocialista barajaban la posibilidad de soltar cantidades ingentes de mosquitos infectados con malaria en terreno enemigo con el objetivo de mermar a los soldados aliados. Sin embargo nunca se llegó a realizar.

Muertes estimadas: 50.000 millones

El problema de las enfermedades infecciosas y las potenciales pandemias que estas pueden generar siempre ha estado presente como se ha podido ver, pero a pesar de que este riesgo solo aumentó con la globalización e incremento de la población mundial, fue ignorado y enmascarado por los avances de la medicina. Ahora la humanidad paga el precio de ignorar a los numerosos virólogos, epidemiólogos y médicos que vaticinaban la venida de una próxima pandemia y su inevitabilidad.

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