Un saludo, mis queridos seguidores, la imagen del Japón perfecto donde la criminalidad no existe esta muy patente entre los países latinos, una visión probablemente alimentada por periodismo basura que infla al país del sol naciente; cierto es que sus tasas de criminalidad son ejemplares, no obstante muchos de los crímenes más misteriosos, como ya vimos, y de los más horripilantes, como veremos ahora, han sucedido en esta nación.
Imágenes fuertes, proceder con precaución.
El asesinato de Junko Furuta, o como es conocido oficialmente, Caso de asesinato de joven de secundaria en concreto (女子高生コンクリート詰め殺人事件 ) sucede en la ciudad de Yashio, parte del área metropolitana de Tokio, la más grande del mundo. Específicamente sucedió en las cercanías de la escuela secundaria Yashio-Minami.
Junko Furuta, la víctima, era una estudiante japonesa de apenas 17 años de edad, nacida en la Prefectura de Saitama el 18 de enero de 1971. La joven estudiaba secundaria en Yashio y fue descrita por su madre y amigas como una estudiante ejemplar, con altas notas y apenas ausencias de clase. Además de esto, tenía un trabajo de medio tiempo en una fábrica de plásticos ya que quería hacer un viaje con sus amigas para celebrar su próxima graduación.
Es precisamente mientras regresaba de su trabajo en bicicleta que fue secuestrada y comenzó su tortura, que se prolongaría por 44 días y no tiene comparación en el Japón pos-imperial.
A las 8 y media de la noche del 25 de noviembre de 1988, de retorno a su casa Furuta fue interceptada por Noboharu Minato quien la pateó y tiró de su bicicleta dándose a la fuga posteriormente, ahí entra en escena el autor intelectual del secuestro Hiroshi Miyano fingiendo ser un transeúnte que pasaba casualmente y ofreciéndose a ayudar a Furuta y acompañarla de camino a su hogar. Cabe destacar que tanto Minato como Miyano eran Chinpira (チンピラ), es decir, yakuzas de bajo rango y habían salido esa noche con el objetivo explícito de robar y violar mujeres, cosa que ya habían hecho numerosas veces.
Furuta aceptó el acompañamiento de Miyano, quien la llevó a un almacén cercano, una vez dentro la violó y le reveló sus conexiones con la yakuza y la amenazó de muerte con el objetivo de silenciarla, a continuación llamó a Minato además de otros dos cómplices también Chinpira: Jō Ogura y Yasushi Watanabe y conducieron a Furuta a un hotel para violarla nuevamente. Subyugada, humillada y amenazada, la chica fue llevada a la casa de Minato donde fue mantenida en cautividad.
En esa casa Junko Furuta fue prostituida entre mafiosos de la Yakuza, e incluso ofrecían dinero para poder torturar y/o presenciar horridas torturas. Minato vivía con su familia quienes no denunciaron el secuestro por miedo a represalias conociendo las conexiones criminales del joven.
Principales responsables en el secuestro.
No obstante más de 100 personas fueron cómplices o testigos.
Los maltratos y vejaciones cometidos por los mafiosos son indigestos, cosas tales como violaciones múltiples, introducción de varillas metálicas, fuegos artificiales y botellas en la vagina y el recto causando desgarros y sangrado masivo, palizas brutales y quemaduras con mecheros y colillas de cigarro se convirtieron en el día a día de la chica que apenas contaba con 17 años de edad, y son muestra de la depravación y malicia de los Chinpira quienes son tristemente célebres en Japón por su brutalidad y falta de escrúpulos.
Es enervante la naturalidad y detalle con el que Miyano describió las situaciones por las que hicieron pasar a Furuta. Obligarla a beber orina, comer excrementos y cucarachas, quemarla viva, mutilarle los senos con alicates y agujas largas... las heridas eran tan graves que los violadores declararon que le costaba más de una hora arrastrarse por las escaleras para ir al baño, en una ocasión la fémina perdió la consciencia debido al shock y sumergieron su cabeza en agua solo para despertarla y continuar con el horror.
Finalmente, el 4 de enero del año 1989 Miyano perdió jugando al Mohjang y decidió desahogar su rabia con Furuta. Fue golpeada brutalmente, le rociaron cera de vela caliente en los ojos y finalmente entró en shock y comenzó a convulsionar, su cuerpo olía a descomposición y supuraba pus por lo que los 4 pandilleros se pusieron bolsas de plástico para seguir con la golpiza hasta que resolvieron cubrirla con líquido para encendedor y prenderla fuego, la chica intentó apagarse pero terminó sucumbiendo a las heridas y el estrés, además de la inanición ya que como consecuencia del maltrato era incapaz de ingerir alimentos.
Asustados por las posibles represalias, los captores envolvieron el cuerpo en mantas y la llevaron en coche hasta una zona rural donde la dejaron en un tanque de 208 litros que posteriormente llenaron con cemento, siendo esta la causa del nombre oficial del caso, Caso de asesinato de joven de secundaria en concreto que luego dejaron en Toyo, Tokio.
La razón por la que el cuerpo fue descubierto es particular y oculta una tragedia aparte que fue opacada y nunca se resolvió. Debido a que el magullado cuerpo de Furuta estaba purulento y emitía un olor desagradable los 4 violadores perdieron el interés sexual en ella y secuestraron a otra chica, en esta ocasión de 19 años a la cual también violaron y asesinaron; el 23 de enero de 1989 Miyano y Ogura fueron arrestados por este crimen y fue en ese momento que confesaron el crímen de Furuta y revelaron la ubicación de sus restos, Minato y su hermano, así como Koichi y Nakamura fueron capturados poco después.
El cuerpo de Junko Furuta fue identificado por huellas digitales y se encontraron botellas de Oronamin C en su ano, tambien se encontró semen de Nakamura y Koichi y se descubrió que estaba embarazada a pesar del daño severo en su útero.
Restos de Junko Furuta.
Hay algo que muchos pueden considerar tan o más aberrante que los abusos en si mismos, y es la enfermiza negligencia del gobierno japonés y sus autoridades desde la época hasta hoy. 16 días después del secuestro un policía de Yoshio fue a requisar la casa de Minato investigado el secuestro. La madre de Minato lo invitó a pasar y por esta amabilidad el agente declaró que eran inocentes y no había necesidad de entrar, si el agente hubiera inspeccionado a la casa, la chica podría haber sido rescatada y sus heridas aun no eran mortales por lo que habría podido sanar.
Los nombres de los 4 culpables fueron ocultados, pero fueron descubiertos por la revista Shukan Bunshin declarando que ''dada la gravedad del delito no merecían que se respetase sus derechos al anonimato''.
Otra negligencia que indigna a muchos fue el juicio sobre los 4 captores. Siendo menores de edad fueron protegidos por la ley y tuvieron bajas penas, la más alta, la de Nakano fue de apenas 17 años y todos están libres a día de hoy, a pesar de que siguen delinquiendo y Ohara y Minato han sido recapturados por crímenes posteriores.
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